Promoción de la salud: Horizonte renovado

Promoción de la salud: Horizonte renovado

Por Alexandro Saco
Director de Promoción de la Salud del Minsa

La gestión de la Promoción de la Salud ha estado atada o dependiente de los grandes programas presupuestales del Ministerio de Salud; eso le ha significado ser un complemento de programas e intervenciones de lógica principalmente asistencial. La promoción por ello en casi 20 años de existencia orgánica en el MINSA, no ha podido desarrollar su enfoque y sentido que es abordar el territorio de forma multisectorial y con los gobiernos locales, con la participación comunitaria transversal a todos sus alcances.

Esta situación comienza a variar con la responsabilidad de conducir procesos financiados en lógica comunitaria que vienen dando resultados como en la reducción de la anemia (2019–2020) o el abordaje de las condiciones de los mercados de abasto (2020), transfiriéndose importantes recursos a los gobiernos locales para la acción comunitaria como parte del Programa de Incentivos de Mejora a la Gestión Municipal impulsado por el MEF, bajo la responsabilidad de sectores rectores para su aplicación.

A ello se han sumado esquemas similares que financian a los gobiernos locales para la acción comunitaria y a las DIRESAS para acciones de promoción territorial de la salud como la Red de Soporte a los Adultos Mayores y Personas con Discapacidad (AMACHAY), y otras iniciativas de este tipo que se vienen trabajando. Estos dos programas de incentivos y la Red AMACHAY han transferido el 2020 más de 100 millones de soles a cientos de gobiernos locales para la gestión de acciones de salud pública y salud comunitaria, lo que marca un esquema que es necesario profundizar.

Asimismo, la magnitud del COVID 19 ha hecho recuperar la sensibilidad de la población y la voluntad de trabajar en los territorios la salud, sea para frenar la pandemia o para recuperar las estrategias afectadas. Es decir, estamos ante la gran ventana de oportunidad para incorporar la salud comunitaria como pieza igual de importante a los otros campos de la salud pública en las decisiones operativas, de política pública y financieras. Financiar la acción comunitaria en un año a gran escala en el Perú para incidir en las condiciones de vida que significa evitar o aminorar enfermedades, como propone la “Política Multisectorial de Salud” —recientemente aprobada— costaría la mitad de lo que se invierte en un hospital de alta complejidad que puede llegar a los 400 millones de soles.

Si bien la acción comunitaria en salud existe desde hace décadas y es colaborativa de las estrategias del MINSA, ésta ha reposado en nuestras excelentes promotoras de salud a las que como sociedad no les devolvemos aún su enorme esfuerzo. Hoy vía los gobiernos locales se está uniendo ese conocimiento con la renovación de los actores comunitarios, que se vienen sumando en una etapa distinta en la que la información fluye a ritmos antes inesperados, siendo claro que el sistema de salud necesita la participación de más sectores y voluntades.

En ese contexto, desde el MINSA a partir de la estrategia de fortalecer la respuesta al COVID en el primer nivel, desde Promoción de la Salud se ha impulsado la conformación de los Comités Comunitarios (Anti COVID), que desde finales de junio se han ido consolidando en Lima y las regiones llegando a tenerse registrados hoy más de 3700. Toda la información de sus actas de confirmación y datos de los miembros y puntos focales nos permite contar con una red de alrededor de 15 mil peruanos y peruanas dispuestos a trabajar la salud comunitaria, y un número de puntos focales igual al de comités constituidos.

Los Comités Comunitarios (Anti COVID) sin duda van a persistir como Comités Comunitarios de Salud si desde el MINSA tenemos la capacidad de reconocer el valor intrínseco de la participación comunitaria, los conocimientos y saberes que habitan en los territorios, el dialogo y acción horizontal para construir salud de la mano con la comunidad. Para ello se requiere abrir el primer nivel en todo sentido a la acción comunitaria con información, coordinación, capacitación, generando instrumentos de utilidad para nuestras intervenciones como censos comunitarios y otras acciones que sin duda pueden tener información más exacta que nuestras bases de datos.

Todos los que hacemos promoción de la salud en el MINSA, DIRIS, DIRESAS, redes y establecimientos poseemos un conocimiento importante, pero que está enmarcado en el esquema financiero y programático que ha impedido por casi dos décadas la consolidación y despegue de una promoción de la salud vigorosa, que responda al cuidado de la salud planteado en Alma Ata o a los principios de la Carta de Ottawa, ambos instrumentos de los años setenta.

No es dable esperar otras cuatro décadas para hacer realidad el sentido y espíritu de la promoción de la salud, que no es otro que abordar los determinantes sociales de la salud para variar las condiciones de vida de la población; eso está más allá de la acciones del MINSA o del sistema de salud, para trasladarse a la acción multisectorial y con los gobiernos locales, pero no para la firma de actas que se pierden en algún informe que nadie lee, sino para estar en el campo, en la acción cotidiana construyendo salud con todos y todas. El momento de la promoción de la salud con franca acción de la comunidad es ahora.

Plataforma Salud y Derechos
Plataforma Salud y Derechos

La Plataforma Ciudadana para la Formulación de Políticas Públicas en Salud y Derechos Humanos está integrada por ciudadanos y profesionales peruanos con diversas experiencias y conocimientos y que tienen el propósito común de contribuir a superar la grave crisis sanitaria originada por el Covid-19.

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